Orgullo de marca

Admiro a esas empresas que han logrado difundir sus productos alrededor del mundo bajo el paraguas de una marca prestigiosa. Productos deseados y soñados por los consumidores: señoras que suspiran por un bolso Louis Vuitton o unos zapatos Christian Louboutin, caballeros que anhelan un traje de William Fioravanti… personas que desean el último modelo de iPhone o que admiran al poseedor de un Ferrari. Son marcas asociadas a conceptos tales como imagen, calidad, marketing, diferenciación, lujo... exclusividad.

El sueño de cualquier empresa no es otro que lograr la total satisfacción de sus clientes. Clientes que se saben y se sienten dichosos por poseer estos artículos de lujo, que los exhiben, que presumen de ellos sin reparos. No en vano, tales productos suelen llevar el logo de la empresa en un lugar visible para que las demás personas admiren al afortunado que lo porta.

Hablamos de joyas, ropas, coches, yates… Pero, ¿que ocurre en el mundo de la gastronomía? ¿Acaso no se puede presumir de tener un jamón, un queso, un ron o un AOVE de alta gama? Ese placer efímero de haber consumido algo de extrema calidad, de pertenecer a ese selecto club que ha probado el caviar iraní, el champan francés u otras delicatessen, ¿puede trascender la esfera de lo personal, de lo íntimo, y convertirse en indisimulado -y legítimo- motivo de orgullo? Por supuesto…

Y, ¿cómo se comportan las marcas de aceite de oliva virgen extra en este mercado? Destacaría a la italiana Filippo Berio, no solo por ser considerado un AOVE de excelsa calidad, sino por su amplia difusión en el mundo. Pero, sin duda, conviene destacar la ingente labor de otras empresas que año a año conquistan premios a la calidad que reconocen a los mejores vírgenes extra  del mundo, zumos que ocupan los lineales de lujo de las mejores tiendas gourmet y establecimientos delicatessen. Empresas que miman su AOVE, sus fincas y sus olivos. Producciones limitadas de los mejores vírgenes extra del mundo que también se han convertido en objeto de deseo para foodies, sibaritas y aficionados a la gastronomía.

Ahí está Castillo de Canena, que con su Reserva Familiar Picual ha obtenido el primer premio del concurso EVOOLEUM con una producción de 46.000 litros. Sí, nada menos que 46.000 litros del mejor AOVE del mundo. O su Royal Temprano que, con una producción de 7.300 litros, se ha alzado con el tercer premio. Y Nobleza del Sur, que ha conquistado el segundo premio gracias a los 11.000 litros de su Centenarium Premium.

 

Y Quaryat Dillar, quinto con Quaryat Picual (6.000 litros). Y Muela-Olives, sexta con Venta del Barón -el AOVE más premiado del mundo-, cuya producción supera los 23.000 litros. Y Grupo SHL con Morellana, 7º en el ranking y más de 4.000 litros.

Fuera de nuestras fronteras destaca Monte Rosso, un AOVE croata con una producción de 2.500 litros que ocupa un meritorio 8º puesto, al que siguen Aceites San Antonio con Cortijo la Torre Premium (9º, más de 11.500 litros); Finca La Gramanosa, con su monovarietal picual Zumo 2015 (2.500 litros); y Campolea, que produce 4.000 litros de Campolea Premium.

Me gustaría felicitar a Mercacei-Edimarket Editores por el lanzamiento de la Guía EVOOLEUM de los 100 mejores AOVEs del mundo, una iniciativa pionera, y no podemos olvidarnos de Olivatessen by Mercacei y su gran labor de difusión y  promoción de la cultura del aceite de oliva virgen  extra.

Productos ambos lujosos pero asequibles que crean marca y tendencia.

En OliveClub hemos reunido esta magnífica selección de zumos en un exclusivo pack, el Pack EVOLEUM, una oportunidad única de disfrutar de los mejores vírgenes extra del mundo, y nos felicitamos por ello.

Bienvenidos al maravilloso mundo del AOVE.